lunes, 2 de junio de 2014

Lenguaje Corporal de la Manera de Sentarnos

La Manera de Sentarnos 

Posturas buenas para la espalda: Aunque las desviaciones de columna no surgen como consecuencia de una mala postura, el niño debe acostumbrarse a sentarse y caminar correctamente. 

Una serie de medidas (indispensables para los niños que ya tienen algún problema) favorecerán que su columna se mantenga recta y bien sostenida: 

Animarlos a hacer ejercicio alguna vez por semana. 
El deporte, especialmente nadar, ir en bicicleta (recto) o montar a caballo, ayuda a fortalecer los músculos que soportan la columna. Vigilar el peso de la mochila (no conviene que sobrepase el diez por ciento del corporal del niño). 

Enseñarlos a llevar la mochila bien colocada: recta, con la parte baja justo encima de la zona lumbar y, de ser posible, sujeta a la cintura (no debe balancearse cuando corre). No obligarlos a estar quietos. 

Moverse es una necesidad para los pequeños; cuando se levantan y dan un salto o se sientan con las piernas debajo de las nalgas lo hacen para cambiar su postura. Proporcionarles una mesa y una silla de estudio acordes con su estatura y recordarles de vez en cuando que conviene sentarse bien (sin echarse sobre la mesa para escribir). 

Lo ideal es que ponga la cintura pegada al fondo de la silla y la espalda apoyada en el respaldo (no olvidemos que estará poco tiempo seguido en la misma posición). Si los pies no le llegan al suelo, pondremos un reposapiés o un banquito para que esté más cómodo. Así evitaremos que los muslos se aplasten contra el asiento y la sangre circule mal. De ser posible, conocer también el mobiliario de la escuela. Llevarlos a revisiones médicas periódicas para que el pediatra pueda detectar a tiempo cualquier alteración de columna. 




Si nos sentamos en el borde de la silla con la espalda recta estamos en una posición de máxima atención pero también puede indicar subordinación y servilismo; si nos sentamos en el borde, con el cuerpo hacia adelante y la cabeza y las manos caídas demostramos malestar e inseguridad; si utilizamos el brazo del asiento para sentarnos pareceremos dominantes, abiertos y seguros de nosotros mismos.



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